jueves, 31 de marzo de 2011

Días

La mayoría de los días del año no tienen nada realmente especial, comienzan y acaban sin dejarnos recuerdos perdurables en la memoria, la mayoría de los días no tienen ningún impacto sobre el transcurso de una vida; el 14 de febrero, era lunes...


Un día de San Valentín como tantos otros, en los que una chica como yo no se esperaría nada más que un par de piropos y unas miradas cruzadas. No me esperaría nada más si no llega a ser porque apareció el en mi vida. 


Tan solo lo había echo (aparecer en mi vida) tres noches antes. Tres noches de locura, sexo, sentimientos sin control y definitivamente un amor demasiado acelerado como para ser duradero. El me hizo creer que podíamos conseguirlo, pero las mentiras, al igual que las palabras, son muy fáciles de pronunciar. Las personas deberían saber decir lo que quieren. 


Ahora gracias a ello he aprendido a vivir la vida sin controles. A exprimir cada segundo. Porque esto es una historia de chica conoce a chico. Pero más vale que sepáis de entrada que no es una historia de amor. Es una historia de como yo misma he conseguido olvidar y rechazar un sentimiento que me ha echo vivir la vida como si fuera la única oportunidad de salvar a la chica de la explosión, conseguir parar el temporizador antes de que estalle la bomba o como evitar la total destrucción del mundo con una simple llamada. 
Él me hizo sentirme bien, pero ahora, quiero conseguir eso por mi misma.