viernes, 12 de noviembre de 2010

Cuando llega el crepúsculo.

Hoy será la noche. Una de esas noches en las que te mueres por comerte el mundo. Aún que te falte valor, ganas y energía. De esas que todo parece posible. Que todo se torna en tu contra en cualquier comento. En la que ves la vida pasar a través del cristal. Empañado de suspiros. Viviendo tú propia vida al margen. Como si realmente la cosa no fuera contigo.
Hoy será un amanecer perdido. Otro de tantos. No hay risas. Ni siquiera queda llanto. El vodka barato se acabó en algún momento entre la noche y las ganas de comerte. Quemé mis fuerzas en tu piel tibia tan pronto como hizo efecto en mi esa alegría efímera. Níveo traje de sabor inescrutable. Señorito experto en el placer femenino. Con tus frías manos recorres mi cuerpo. Y me encanta. Me encanta.

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Palabras en el viento